Sísmica

Los terremotos sacuden el suelo debajo de nuestros pies y hacen que los edificios, carreteras, hogares, y demás infraestructura de nuestras sociedades se desmoronen. El tamaño o la magnitud de los terremotos se determina midiendo la amplitud de las ondas sísmicas registradas en un sismógrafo, y la distancia del sismógrafo al terremoto. Un terremoto de magnitud 8.6 libera energía equivalente a unas 10 000 bombas atómicas del tipo desarrollado en la Segunda Guerra Mundial. Afortunadamente, los terremotos más pequeños ocurren con mucha más frecuencia que los grandes y la mayoría causan poco o ningún daño.

Al evaluar la amenaza sísmica, nuestro objetivo es relacionar la ocurrencia de un terremoto con los efectos en un sitio, generalmente en términos de movimientos del suelo. Al combinar información geológica y sismológica, creamos un modelo de los procesos generadores de terremotos en una región y lo usamos para calcular la amenaza. La evaluación de la amenaza sísmica tiene como objetivo fortalecer la capacidad institucional que incluye el desarrollo de códigos de construcción, diseño estructural y la evaluación del riesgo sísmico.

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